Tinta Limón Ediciones reeditó el libro “Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las institucionesde”, escrito por Silvia Duschatzky y Cristina Corea.
Esta investigación, desarrollada en la antesala del estallido de 2001, vuelve a poner sobre la mesa la experiencia juvenil y sus modos silenciados por las lógicas amarradas en el zoom escolarizante. La escuela está allí, en presencia o como nexo conectivo en tiempos de pandemia.
Sus resquebrajamientos se dejan sentir en los cuerpos que la habitan así como los haceres periféricos, artesanales, errantes de maestrxs y profesores que a tientas van probando cómo no caer.
Agobio, hiperproductividad y tentativas ensamblan una complejidad que cualquier saber ignora. Y ahí lxschicxs, cada vez menos “legibles” a los ojos de la representación.
¿Ellxs y docentes igual de vulnerables? Chicxs en banda vuelve a la palestra. El vigor de este texto no está en sus enunciados literales sino en el espíritu que lo animó.
El estado de investigación parece ser la “solución”, pero resulta que investigar no es buscar indicios que acontecen por fuera de nosotros sino poner a prueba nuestro modo de pensar una nueva ignorancia. En verdad no sabemos nada de la escuela porque nada sabemos del derrotero de una institución en el tembladeral.
Tal vez la “banda”, “las bandas” nos preserven de las desolaciones y nos dejen ver engranajes de nuevas institucionalidades. Un texto pionero que se reedita a dos décadas de su publicación.
Compartimos el prólogo de Diego Sztulwark
Para leer Chicos en banda
Diego Sztulwark
A Cristina
La muy esperada reedición de “Chicos en banda, los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones” escrito durante el 2001 y publicado en 2002 por Silvia Duschatzky y Cristina Corea, despierta reflexiones en varias direcciones. Por un lado, se trata de volver a poner en circulación un texto hasta el momento muy difícil de hallar, y que, como todo texto pionero, debe ser juzgado –al cabo de casi dos décadas–, por los desarrollos a los que ha dado lugar. Invariablemente, sus lectores de entonces ya no somos los mismos, ni podemos leerlo del mismo modo. Pero al mismo tiempo, se trata de presentar un libro desconocido para una enorme mayoría de nuevos lectores que quizás reconozcan en estas páginas orientaciones parcialmente desarrolladas en otros trabajos
posteriores, no sólo en la amplia producción de la propia Silvia Duschatzky (sobre todo en su libro Maestros errantes) y su equipo de trabajo en Flacso, sino también –y esto es lo que vale la pena subrayar– de una variedad de autorías colectivas…