Por Ana Carolina Ferreyra, integrante del equipo PyPSE (Psicoanálisis y Practicas
Socioeducativas) en PLySE-Educación, FLACSO Argentina; UBA y UNGS
Junto con el debate internacional acerca de si estamos o no en el fin de la pandemia, los medios argentinos (o más bien deberíamos decir del AMBA) nos informan con preocupación sobre “el problema de las tomas en las escuelas de la CABA” el cual planteado así -y por conocer el paradigma al que responde este tipo de enunciados- llama a la solución definitiva (que no tardó en hacerse presente bajo la forma de amenazas con la pérdida de regularidad para estudiantes, sanciones económicas y judiciales para las familias a cargo de “los menores”, etc).
Proponemos sostener la pregunta por lo que allí se está produciendo, por una parte, recordando a Winnicott cuando decía que “la mayor parte de la alharaca proviene de individuos incapaces de tolerar la idea de dejar que el tiempo resuelva el problema, en vez de recurrir a una acción inmediata” contrastándola con “la capacidad de la inmensa mayoría de los adolescentes para tolerar su propia posición de “no saber hacia dónde ir”” (Winnicott; 2004 pág.184)
Es interesante leer las consignas con la que los y las jóvenes se manifiestan. Una de ellas es la necesidad de ser escuchados/as y el reclamo porque ello no está sucediendo.
¿Seremos capaces -aunque sea por una vez- de abstenernos de obturar con respuestas estandarizadas y alojar lo que estos/as jóvenes nos dan a ver? ¿Podremos ser contemporáneos al estilo de lo que Agamben (2008) propone?
Mientras la alharaca producida por los medios hegemónicos nos ciega, y dirigen nuestra mirada hacia los modos en que visten las jovencitas y el costo de las prendas que llevan, al interior de las escuelas se leen y debaten estatutos, se administran las finanzas, se organiza la convivencia, se cocina comida que dé cabida a cada joven con su singularidad (apta celíacos, vegana, vegetariana, etc)
Parece que la juventud no dormirá, al menos no en su casa, al menos no hasta ser escuchada…
Tal vez por allí haya una salida, que claramente es colectiva.
[1] Aludimos al título con que se publicara una nota de D.W.Winnicott en 1964 en New Society, hoy publicada en su libro Deprivación y delincuencia – Winnicott, Shepherd y Davis (comp.) – Paidós 2004)
PH: Guadalupe Lombardo (Fotografía)