Este libro es el resultado de una conversación entre colegas. Es una invitación que nos hicimos a detener la marcha y sistematizar recorridos, compartir ideas, ensayos, desafíos que ocurren ahí, en la vida cotidiana de nuestras escuelas y espacios de trabajo.
En algún sentido, este libro ya estaba escrito en nuestras prácticas. Y solo hubo que poner y ordenar palabra para nombrarlas. Al mismo tiempo, nuestros relatos están siempre en borrador. Porque nada dicen sobre lo que hay que hacer; no hay recetas ni prescripciones. Son las ganas de reunir y compartir experiencias que, en la intimidad de cada territorio, en las más diversas geografías, están sucediendo y creemos vale la pena contar. Son las ganas de tejer y multiplicar lo que a veces anda suelto. Porque habla de un modo de hacer escuela, una concepción que es pedagógica y también política. Y porque para quienes hicimos este libro, lo que llega a sus manos es el resultado de un proceso hermoso al que, quién sabe, también el lector o lectora se quiera sumar: ensayar modos de relatarnos y de leer a otrxs para conmover lo propio; abrir la puerta a una conversación profesional honesta, humilde, amorosa; tramar matrices conceptuales y reflexivas desde lo micro del día a día. Encontrarse, en todos los sentidos que le caben a esta palabra. Y hacer.
