Niños, IA y creatividad: Lecciones desde un patiecito.

Compartimos la última columna de opinión del investigador Fabio Tarasow del PENT, en su sitio web:

https://pent.flacso.org.ar/

“Dame 5 ideas para hacer una película de terror entre amigos de 12 años, 7 para ser exacto, con una cámara de celular y sin vestimenta específica, pero que sea interesante. También el espacio es limitado, lo que tenemos para grabar es un patiecito de más o menos 7 x 2.5 metros.”

Este es el prompt que escribieron los chicos de 12 durante una pijamada y, como diría Magritte “Ceci n’est pas un prompt”, es en realidad una ventana para vislumbrar la relación de los chicos con la IA y cómo podemos intervenir nosotros como padres y educadores para apoyar y ayudarlos a desarrollar una relación productiva con la IA. 

Lo primero que me llamó la atención es que no están pidiendo que la IA haga el trabajo creativo. Están buscando ideas, inspiración, posibilidades que luego transformarán en la ejecución. “Siete amigos, un celular, un patiecito pequeño y una idea clara: hacer una película de terror”. No sólo tienen la idea del proyecto, sino que reconocieron las restricciones reales (espacio, recursos) y un objetivo ambicioso (que sea interesante). En la redacción del prompt ya están manejando habilidades de planificación y diseño. Además, el hecho de que el proyecto involucra a siete amigos implica necesariamente un trabajo colaborativo, lo que requiere desarrollar y mejorar las habilidades sociales como la comunicación, la negociación y el trabajo en equipo. ¿Cómo manejarán los conflictos creativos en el grupo?

Sin duda, tenemos miles de preguntas sobre cómo la IA podría afectar el desarrollo de nuestros hijos. ¿Disminuirá su creatividad? ¿Los expondrá a contenido inapropiado? ¿Cómo garantizamos un uso valioso?

Los indicios en este caso son alentadores. En esta situación estos chicos no están siendo simples consumidores de tecnología. Son creadores que, con las herramientas adecuadas, van a  producir historias, resolver problemas y trabajar en equipo. La IA, en este caso, actúa como un catalizador, ofreciendo ideas que los chicos pueden adaptar, cuestionar o mejorar. La IA en este caso no está reemplazando su imaginación sino que es un punto de partida que ellos transformaran a partir de la experiencia.

¿Qué rol tenemos como adultos? No necesitamos ser expertos en tecnología para acompañar a nuestros hijos en proyectos como éste. Nuestro papel es el de ser facilitadores: sugerir límites (por ejemplo, mantener el terror ligero), ayudar a organizar el grupo, a evaluar las respuestas de la IA, a reflexionar sobre su proceso (¿qué funcionó? ¿qué cambiarían?) y valorar los logros, incluso si la película no es perfecta. En el aula, por otro lado, pueden integrar estas iniciativas, usando el cine como excusa para enseñar narrativa, colaboración o edición digital.

Entonces, estas son algunas acciones concretas sobre cómo modelar un uso responsable de la IA:

  • 1. Participar activamente en las primeras interacciones con IA, creando un espacio para dialogar sobre las respuestas.
  • 2. Fomentar el pensamiento crítico sobre las respuestas recibidas: “¿Te parece buena esa idea?” “¿Por qué sí o por qué no?”
  • 3. Utilizar la IA como punto de partida para proyectos creativos, no como producto final.
  • 4. Establecer límites claros sobre tiempo de uso y tipos de consultas apropiadas.

Creo que no existe el “darles un celular a los chicos” sino que la forma correcta de conjugarse es “darnos un celular a los chicos”.

Y, finalmente, como final Hollywoodense y con música épica de fondo: 

Este proyecto no es solo sobre hacer una película. Es sobre desarrollar habilidades del siglo XXI: creatividad, trabajo en equipo, pensamiento crítico y alfabetización digital. El patiecito de 7 x 2.5 metros se convierte en un laboratorio donde los chicos aprenden a superar limitaciones, a negociar.