Columna de Fabio Tarasow sobre la noticia proveniente de China que planea limitar el tiempo de uso de pantallas de niños y adolescentes

El investigador del programa Fabio Tarasow y Coordinador del PENT especialista en tecnología y educación, opina sobre la noticia que llego a nuestro país a comienzos del mes de agosto, donde se analiza que el gobierno chino mediante distintas estrategias limite el tiempo de uso de celulares de niños/as y adolescentes.

Dejamos aquí unos extractos de su columna.

“A primera vista, la idea de que el Estado regule acciones de la vida privada puede resultar polémica en nuestras sociedades. Sin embargo, esta situación nos permite abrir un debate y reflexionar sobre cómo se consideran estos aspectos en países occidentales.”

“La idea de un Estado preocupado por efectos de las tecnologías digitales y actuando en consecuencia, no es algo que haya aparecido hasta el momento con fuerza en países occidentales. En algunos países se prohíbe el uso de aplicaciones como TikTok, o empresas como Huawei por razones vinculadas al espionaje. En este caso el Estado chino considera que la sobreexposición a las pantallas es perjudicial y toma acciones concretas. No conocemos los estudios o fundamentos de estas medidas, pero sí son públicos los mensajes internos y las investigaciones de las propias empresas de redes sociales de Silicon Valley sobre los trastornos en las conductas que pueden traer la sobreexposición a redes sociales en jóvenes y adolescentes. También sabemos que el modelo de negocio de estas empresas se basan en capturar la atención de los usuarios durante el mayor tiempo posible y mantenerlos con distintas estrategias enganchados a la plataforma.”

“En occidente, toda la responsabilidad sobre el uso y aprendizaje de las tecnologías digitales recae en la suerte y responsabilidad del usuario final, que tiene la obligación de convertirse en usuario crítico y ciudadano digital. Es decir una batalla de David contra Goliat donde el resultado no suele ser el mismo que en el relato bíblico. Las empresas no tienen ninguna responsabilidad en ninguna instancia de formación y protección, al tiempo que escatiman sus impuestos que aportan a los estados que podrían ser utilizados para generar y promover mejores estrategias educativas y de protección.”

“En el caso de China, no sólo vemos a un Estado tomando iniciativa sobre la regulación del uso de las aplicaciones, sino que además el proyecto hace responsable a los fabricantes de dispositivos y plataformas de que la regulación se efectúe en la práctica. A diferencia de occidente donde la palabra regulación se entiende como la kriptonita de la innovación, el Estado chino no se preocupa por la baja de la cotización de las acciones del sector tecnológico que sobrevino apenas se conoció el proyecto.”