Psicoanálisis y Prácticas Socio-Educativas realizó el encuentro “Urgencias subjetivas en adolescentes desde los espacios educativos. Autolesiones y situaciones de suicidio”

El miércoles 22 de octubre, en la Sede de FLACSO Argentina, se llevó a cabo un encuentro con el Psicólogo, Psicoanalista y Magister en Salud Mental Comunitaria, Daniel Korinfeld, organizado por el Programa de Psicoanálisis y Prácticas Socio-Educativas y coordinado por su directora, Perla Zelmanovich.

El encuentro, que reunió a referentes de trayectorias educativas, psicólogas y psicólogos, docentes y directivos de escuelas de diferentes niveles educativos de la región, se propuso reflexionar sobre las situaciones complejas y extremas a nivel subjetivo que se han ido incrementando en las adolescencias a lo largo de los últimos años. Entre estas situaciones de urgencia subjetiva se encuentran las autolesiones, los suicidios e intentos de suicidio.

Partiendo de algunas puntuaciones en torno a las vicisitudes de las adolescencias en la actualidad, su relación con la época y las relaciones entre generaciones, la actividad abrió un espacio de conversación acerca de los modos de intervenir desde espacios y contextos educativos. Porque las instituciones educativas son uno de los espacios en los que estas problemáticas de salud mental, síntomas y actos,
encuentran un lugar de expresión y de mostración, generando intensos impactos y afectaciones.

Con la presencia de participantes en la Sede de FLACSO Argentina, así como también con la participación vía transmisión en vivo de profesionales de distintas provincias de Argentina y de la región, las reflexiones giraron en torno a pensar las autolesiones y suicidios como analizadores de época, en particular en el contexto posterior a la pandemia de COVID19, con las consecuencias en las subjetividades y en los lazos.

Las adolescencias hoy, con sus avatares y aventuras, piden hablar; buscan encontrar un Otro no anónimo, deseante, dispuesto a escuchar y a tender puentes.
En la escuela, las personas adultas tenemos el desafío y la posibilidad de construir, con otros, dispositivos y estrategias donde la vieja maquinaria de la palabra permita el armado de un terreno fértil para las distintas vicisitudes de cada adolescente. Y es que, tal como se reflexionó en el encuentro, los protocolos que pueden resultar necesarios en ocasiones, no reemplazan a la escucha.